Esta enfermedad puede darse tanto en la adolescencia como en la edad adulta, y generalmente dura toda la vida.
Para realizar el diagnóstico, el facultativo realiza una evaluación de la salud mental. En ella se observa si el paciente presenta alguna alteración y trata de clasificarla según el trastorno que padece.
Algunos signos de alarma son: la preocupación o miedo excesivo, la tristeza extrema, cambios importantes en la personalidad, patrones alimentarios o del sueño, pensamientos suicidas…
Algunos medicamentos para tratar el trastorno bipolar son:
Fármacos estabilizadores del estado de ánimo, que previenen los episodios de manía y depresión.
Fármacos antipsicóticos.
Ambos medicamentos pueden producir efectos secundarios como náuseas, temblores, aumento de sed, somnolencia…
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